El trueque o intercambio de bienes o servicios existe prácticamente desde que el hombre dejó de pertenecer a sociedades nómadas.
Del año 50.000 al 10.000 (antes de nuestra era) el hombre cazaba para sobrevivir. Su esperanza de vida era pequeña (16 años) y tenía que autoabastecerse de todo.
La dedicación completa a la caza y protección hacía que fueran sociedades muy fraccionadas, pequeños grupos con pocos recursos y herramientas para su quehacer diario. Poco más que el fuego y unas puntas de flecha.
Con el descubrimiento de que las semillas podían hacer germinar plantas aparecieron los primeros asentamientos humanos. Así pues 10.000 años atrás se obtuvieron las primeras cosechas. Pocos años después aparecerían también los primeros rebaños de animales.
El hombre tenía más seguridad, vivía más tiempo, podía vivir en comunidades más grandes. Permanecer en un mismo lugar y cobijo permitió realizar invenciones como la cerámica, los ladrillos, la rueda o los metales fundidos. Soluciones a nuevas necesidades.
Pero el hombre debía de seguir siendo autosuficiente y proporcionárselo todo hasta que apareció el trueque. Aquello que le sobraba a uno otro lo podía necesitar y este a cambio podía dar algo al otro.
La gente ya no necesitaba dedicarse a la agricultura, podía subsistir sin plantar un solo alimento o tener un animal. Otros se los daban a cambio de lo que el tenía y que consideraban necesario para ellos.
Sin embargo para obtener algo muchas veces tenían que realizar muchos trueques intermedios. Si querían una piel y solo tenían maíz, quizás debían cambiar ese maíz por huevos, carne, pescado a otras personas y con todo esto llevarlo al dueño de las pieles que ahora sí le aceptaría el cambio.
Esto hacía que la gente tuviera poca cantidad de muchas cosas para facilitar los intercambios.
Con el tiempo estas pequeñas comunidades entraron en contacto con otras comunidades. Creándose corrientes comerciales.
Las aldeas se convirtieron en poblados. Estos núcleos de población mayores requerían de infraestructuras y formas de poder para abordar las necesidades de la comunidad.
Habían surgido nuevas necesidades y era necesario un sistema más rápido de intercambio. Ahora los poblados competían entre sí, necesitaban construcciones de grandes costes o comprar armas para protegerse de invasiones.
En un primer momento se crearon intermediaros que almacenaban mercancias para facilitar los intercambios, pero asumían un riesgo muy alto y duraron poco.
El siguiente paso fue crear el concepto de moneda. Al principio la moneda no era como la conocemos hoy se utilizaban sacas de sal. La sal se utilizaba para conservar los alimentos, al ser un bien necesario para todos se estandarizó su uso como moneda.
Pero el trueque no desapareció con la llegada de las monedas.
Pasado el año 3.000 antes de nuestra era, cuando el dinero y la escritura eran algo conocido, el trueque aun era usado masivamente.
La razón eran las desigualdades sociales. Los pobres en Egipto y Mesopotamia apenas tenían excedentes de sus cosechas o dinero ya que eran esclavos o soportaban unos impuestos muy grandes de sus régimenes teocráticos. Por lo que la única forma de conseguir bienes básicos eran intercambiándolos con otras personas.
En Egipto convivieron estos dos sistemas de comercio durante casi toda su existencia. Un caso documentado son los intercambios de materias con los fenicios (de los cuales importaban casi toda su madera). Más tarde pasaron a pagarles con lingotes de cobre. Pero los salarios los seguieron pagando en especias por lo que el trueque continuó hasta el fin de los días del Egipto faraónico.
El trueque no fue algo exclusivo de las sociedades “occidentales”. Indígenas de América hacían periódicamente mercados en los centros de los pueblos e intercambiaban sus productos mediante el trueque hasta la llegada de los Españoles.
En la actualidad el trueque se ha utilizado en situaciones de crisis económicas, ya sea en EEUU o recientemente en Argentina donde se crearon más de 6000 entidades de intercambios debido a la alta inflación. En estas situaciones el dinero pierde su valor y el trueque permite obtener cosas con valores similares.
También se utiliza el trueque en las empresas de gran tamaño las cuales intercambian sus excedentes. Es el caso de una conocida marca de refrescos la cual cambiaba bebidas por pernoctaciones en hoteles por ejemplo. La publicidad es otro medio que utiliza mucho este sistema intercambiando ideas para producciones por espacios publicitarios, etc.
Otro agente importante que lo utiliza son los estados. Los cuales muchas veces intercambian productos o servicios entre ellos.
Venezuela y Bolívia apuestan por potenciar este sistema en sus sociedades. Su sistema está pensado para intercambiar bienes dentro de un mismo pueblo. Han creado una moneda válida solo dentro de cada una de esas zonas y el papel trueque creado solo tendrá validez durante un tiempo.
Como solución a un tipo de necesidad el trueque seguramente existirá siempre que haya ese tipo de necesidad.
El trueque en si no es bueno ni malo. Es una solución a una necesidad. El dinero permite sociedades mucho más complejas, que producen e innovan mucho más rápidamente. Pero eso no quiere decir que el individuo deba someterse porque sí a los puntos negros que genera indirectamente el uso del sistema monetario.
Ningún sistema es perfecto y si alguien quiere vivir mediante el trueque o utilizarlo es completamente factible.
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